domingo, 8 de noviembre de 2009

EVALUACIÓN FINAL PERÍODO 4

LA TORTUGA Y LA LIEBRE
( Fábula inglesa )

En una mañana soleada de primavera los animales del bosque se habían reunido alrededor de un majestuosos árbol, viejo y arrugado. Los animales hablaban de sus cosas, algunas importantes y otras intrascendentes; la ardilla charlaba con el ciervo , el conejo con el jabalí, la liebre con el búho y la tortuga con la perdiz. Y aunque lo hacían en voz baja, había un gran jolgorio en aquel lugar. Sin embargo, aquellas conversaciones tranquilas se convirtieron en una pelea descomunal.

La liebre que charlaba con el búho, levantando su pata derecha, dijo:
- Por fin me he repuesto de la herida que me hice. Tanto me dolía que no podía ni caminar. Tan lenta iba que parecía una tortuga.
- Que has dicho?- preguntó enojada la tortuga, levantando su largo cuello que sobresalía de su gran caparazón. Pero, cómo te atreves a reírte de nosotras?
- He dicho que iba tan lenta que parecía una tortuga, ¿ o es que acaso las tortugas vais muy rápido? ¡ Si apenas tenéis patas¡
- Serás descarada¡ - gritó la tortuga-. Mira mis patas¡ - y diciendo esto estiró sus patas y se levantó el caparazón con tanta fuerza que cayó sentada de trasero.
Todos los animales del bosque se burlaron de su falta de pericia haciéndole ver que tenía un caparazón muy grande pero unas patas muy pequeñas.
-¡Descarados¡ -dijo la tortuga- ¡ Talvez no sea un animal muy veloz pero estoy convencida de que si me retara a alguno de vosotros no quedaría tan mal parada¡
-Pues a ver si me pillas, tortuga parlanchina –dijo la liebre muy orgullosa.
-De acuerdo. Pero vamos a pactar las reglas. No se trata de que te pille en una carrera corta. Lo haremos en una carrera de largo recorrido.
-¡Pero que estúpida eres¡ ¿ Cómo te atreves a desafiarme? ¿ Es que acaso piensas ganarme en una carrera? – replicó la liebre burlándose de la tortuga.
¡ Un momento – intervino el búho, el más sabio de los animales reunidos junto al árbol-. Vamos a formar un jurado, seremos la zorra, el topo, la serpiente y yo mismo. Y si os parece bien, el recorrido consistirá en partir desde este árbol centenario, correr junto al arroyo, dar la vuelta a la granja, bordear los campos de trigo y regresar hasta el lugar donde nos encontramos. ¿ Qué os parece?
-Estoy de acuerdo¡- contestó la tortuga.
-Pero, ¿ estáis locos, queridos amigos ?- replicó enseguida la liebre-. ¿ No os dais cuenta de que en una carrera así voy a ganar de calle ?, me sabe muy mal por ti, querida tortuga, pero si es lo que deseas...

entonces, con la punta de sus largos cuernos, el ciervo trazó una línea en el suelo. Detrás de ella se prepararon la liebre y la tortuga.
-Preparados, listos..., ya ¡-gritó el búho.
Mientras la tortuga se levantaba el caparazón para iniciar la marcha, la liebre había salido tan rápida que lo único que se veía a lo lejos era una estela de polvo.

Llevaba la liebre corriendo un largo trecho cuando sintió hambre. Y al ver un campo lleno de zanahorias, su comida favorita, se detuvo un momento y se dio un atracón de ellas.
Como hacía un día muy soleado y caluroso, después de comérselas l entró un poco de sueño, y sin darse cuenta, la liebre se quedó dormida.

Al despertarse había caído la noche y sólo la luz de la luna permitía seguir con claridad el camino. La liebre se puso muy nerviosa, y pensó:
-¿ Cuánto tiempo ha transcurrido ? . ¿ Habrá pasado ya la tortuga ? Debo correr lo más veloz que pueda. Y diciendo esto se alejó de aquel lugar.

Corría a tal velocidad que todo cuanto adelantaba se arremolinaba a su paso. La liebre llegó a la granja, bordeó los campos de trigo y se dirigió a toda velocidad hacia el árbol centenario, cuyo majestuoso tronco se divisaba a lo lejos.

Y cuanto más cerca estaba más oía los gritos de ánimo de los animales del bosque. Junto al tronco del árbol había un ambiente de fiesta. Y se dio cuenta de que a quien aclamaban no era a ella, sino a la tortuga, que levantándose el caparazón entraba en la meta lo más veloz que podía para no ser atrapada por la liebre, cuya estela se divisaba a lo lejos.


Amigo Estudiante: cambia por un momento el escenario anterior, y en vez de los animales del bosque, eres tu y tus amigos, tus compañeritos de estudio, tus familiares.
Al mirarlos, y ellos al mirarte, miden fuerzas. Y se establecen retos, competencias, diferencias.
Cómo te analizarías tú, si alguien te reta, aceptas sabiendo que tienes ventajas sobre esa persona, o si por el contrario, aparentemente, estás disminuido en ese tipo de competencia, pero tienes otras igualmente importantes, que te hacen confiar en participar y ganar.

Entonces, cómo actuarías:

Si te consideras ganador ( como la liebre, que es más rápida que la tortuga )
Si te consideras constante y disciplinado ( menos veloz que la liebre ), aspectos con los cuales puedes enfrentar tu minusvalía frente a un valor determinado.

EN AMBOS CASOS, CÓMO ACTUARÍAS ?

Qué nos enseña esta fábula ?
Cómo lo aplicamos a nuestra vida diaria de estudiante ?
Resalta los valores que nos muestra la fábula.

Vocabulario:

Arremolinarse: amontonarse o agolparse algo o alguien de modo desordenado.
Atracón: hartazgo de comida.
Descomunal: enorme, extraordinario.
Estela: huella que deja cualquier cosa a su paso.
Intrascendente: que no tiene importancia.
Jolgorio: diversión, fiesta.